alma de poeta, musa de musas, utópica, caotica, moribunda, llena de amor.
me enloquece, me turbia, me devuelve.
Desahogo
Primer boceto echo en clase |
Final |
Doce estrellas pasean. No, no están quietas ¿ves los rizos que dibuja en el cielo? ¿ves en encuadre tu vida en relación a tus deseos?
Tal vez sí, sí están fijos, y no hay más allá del punto que al final vemos ¿y si las estrellas pasean porque yo me muevo? ¿por qué encontrarías gracia en algo muerto?
Si el así lo ve y ve tan iluso tus sueños, no los culpes, son las azarosas garras de las circunstancias, puede incluso someter a golpes de azar y llegar donde sangras.
Dos tiempo ajenos. A callar bocas, tal vez nunca puedas hacerlo, pero siempre con la cabeza erguida.
Ciertas miradas frías y perdidas roban cual viento a las hojas inconscientes. Podrías castigar enterrando, olvidando, golpeando incluso sabiendo que no es aquello si no por ti que hace daño.
¿Por qué hurtaría las estrellas que tanto le gustan a ella? ¿Qué hará cuando venga de su siesta y no las vea?
La quiere, no quiere lo que quiere, no quiere como quisiera. Solo es ahora un nombre, un concepto anticuado, una nueva edición con la misma vieja presentación.
¿por qué dejaría en encuadro una solitaria montaña? aún le queda la magia que le fue contagiada por estrellas. Miren la gracia de aquella montaña, aún danza, pero ya nadie baila con ella.
Entre las montañas ella encontraba la belleza que sanaba las carencias de su alma. En encuadre quedo tan desnudo revelando un cielo azul, el tiempo en que fue trazado, revelando que la noche es sola un deseo de aquel autor desahuciado.
Lo mejor del tiempo y del espacio, que son inseparables, son las posibilidades de utopías inmensurables, como la alineación que fue encontrarte.
¿Cuántas veces diría eso?... cambiando lirica, rimas y orden. Muriendo renaciendo para intentar formar un simple: Te Quiero.
Arrancando estrellas y pintándolas mal de nuevo, rayando su lecho, escupiendo al cielo, pegando desechos color cielo en una mochila color noche, rizada en magia, cantos y trago.
¿Por qué seguir tocando de nuevo? Lo pienso y ya estoy en la cima ¡Lo intento! ¡lo quiero! suena mal ¡lo intento! Siempre en ese mismo rodeo.
Sin capote de lluvia y pies descalzos, llega a su lecho.
Más allá de la noche que la cubre, negro como el abismo insondable ¿A quién deberías agradecer por esa alma inconquistable?
Todo se ve tranquilo y florece tras sus pazos, aún se toma tiempo y aprecia el desastre en el cielo que alguien a ocasionado.
Ávida coleccionista de estrellas. Habla con sus entierros, no es ajena a los sedientos que se alimentan con su riego.
Se impropia cuando quiere, que hipócrita soy al creerla tan imprudente, cada uno se da balas de la manera que puede.
Ahora en su nuevo lema, dejando sombras, plantando soles.
Alineando mis frases en la hoja, ocupando un lugar en mi cabeza, sintiéndome al pensar que ella hace lo bueno.
Deja huella intacta en la sonrisa que ha legado, camina con confianza para volver a empezar la mañana.
Tu huella no se olvida, es un puño cerrado donde guardabas las semilla de esta hermandad. Que sería de ella sin Micaela.