En algún lugar, una voz aclama y canta desde lo más profundo del ser. Deseos de sueños que alegran el corazón. Dice que olvides tus penas y ilumines ese rostro otra vez.
Ocurre, el espejo se quiebra, piezas rotas caen sobre suelo; en cambio, destellos de una nueva vida se reflejan por el cielo.
Lo sé, son tantas las veces que derramamos lagrimas; en cambio recuerda que de ese lado también te encuentras, eres tú también.
Pero no cierres las puertas mientras caminas por la lluvia, ya es hora de entrar, siempre te espera tu taza favorita de café caliente en la habitación que conoces.
Nos volvemos a equivocar, fallamos y reclamamos por qué dándonos golpes al pecho y mirando al cielo; ahora, mira bien, veras lo hermoso que es el cielo, deja que te encante como si fuera la primera vez.
Este camino es largo y solitario; pero con esos, tus brazos, guardas la luz que en otros has dejado, tu legado. Cada recuerdo estará ahí guardado, abrigado para guiarte.
Los cuerpos vacíos comienzan a escuchar la realidad, lo maravilloso de la vida, lo maravilloso que sería la muerte, la reflexión de las despedidas. Tantas personas que parecen tan solitarias sin nadie a quien llorar.
Las flores, el viento y las ciudades bailan al unísono que quieras, asi que ilumina ese rostro y ríe. Deja que tus sueños vuelen y vuela con ellos
No hay nada afuera, no necesitas buscar, cruzar el mar o tener una colección de mapas, porque estas aquí, brillando, por ti.
En algún lugar una voz llama. Ilumina con una sonrisa esa cara y permite que esos labios canten para ti.
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