jueves, 26 de octubre de 2017

Señor inesperado ☔ Parte 1



Muchos dicen "La vida es dura" llena de aventuras, caídas y subidas. Deja el cuerpo lleno de suturas, esas heridas que no olvidas, que alguna vez pensaste que jamás sanarían.

"LA VIDA ES DURA" casi reclamando o quejándose. Recordar que con cualquier estupidez, aun lo fuerte y completo que estés, la vida se parte cual papel. Aunque este escrita con tinta de oro, que pudiste encontrar en los ríos más caudalosos, o terminar comprándolos en alguna joyería gracias al esfuerzo de otros, en el fondo no más que simple papel que se desgasta de a pocos.

¿O es que no te enteraste de la vida de Mateo?  vecino de a dos casas, que por cierto era ateo. Joven de treinta y siete años, dos hijos y muy felizmente casado; un trabajo decente, lucho por lo que quiere, no envidia lo que otro tiene. Y como cerecita del pastel, tiene la dicha de ver despertar a su mujer.

Oh Mateo, te envidiaría Mateo, de no ser por tu trágica partida de este mundo de recuerdos.



Eran las seis y treinta de la mañana, de un día sábado e igual trabaja. Se despierta como siempre, lleno de ganas, encantado de llevarle pan a su familia pues así es Mateo.

Ya casi es hora de marchar al laburo, rutina de seis días que mateo seguro no soportaría, de no ser por su querida familia, que ve crecer gracias al fruto de su esfuerzo todos los días.

Besito para la esposa, visita el cuarto de sus hijos que aun dormían y se despide de ellos con una caricia.

Puerta abierta, sinónimo de aventuras, la que Mateo cruza. Como todos preparado para lo anticipado, pero difícil hacer para lo inesperado.



Mañana congestionada, lleno de vehículos que suben y bajan. Por suerte Mateo trabaja no muy lejos de casa "Buena idea caminar, así bajo el desayuno de mi mujer, no vaya a engordar jaja"

Eran las siete y cinco de la mañana, casi se hace tarde pero no pasa nada. Mateo apresura un poco el paso, atento al semáforo, espera pasar por la cebra. Mientras atrás se observa a una joven llevando a una anciana en silla de ruedas.

Lo verde acaba, rojo brota. Caminan por el lomo de la cebra mientras leones esperan el descuido de su presa.

Mateo cruza todo confiado, medio paso de a dos cuadras de su trabajo, medio paso antes que ocurra lo inesperado...

Se escucho  el caucho raspando contra el cemento, un fuerte choque que entumeció a todos por un momento, una cabeza que golpea fuerte contra la acera, salió volando una ruedita que guía a los inválidos durante el día.

Casi diez metros que tomo vuelo aquellos cuerpos sin peso. Esperada multitud rodea a los fríos sorprendidos.



Entonces Mateo quedo... Mateo quedo sorprendido, volteo anonadado sin palabras al ver lo ocurrido. Estupefacto, no cree aquel acto. Cree tener suerte, por pensar que pudo estar con los santos.

Nada que hacer Mateo, sigue tu camino,  imagina que la anciana era un asesino que iba acabar contigo. Son cosas del destino.

Mateo caminando cabizbajo, no cree en lo ocurrido, distraído y lleno de pensamientos vacíos. Caminando sin pensarlo, como si se moviera solo y su mente en otro lado volando.


El señor inesperado, camina a nuestro lado. Esperando tu caída a ver si te da la mano o camina encima tuyo cono todo el peso de tu pasado ....



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